La crisis migratoria que sobrepobló al Atlántico
El Atlántico es el tercer departamento con mayor número de migrantes, más de 128 mil personas han ingresado proveniente de Venezuela.
Por. Jorge De La Hoz Serrano
Los migrantes venezolanos y colombianos retornados se han apoderado de las esquinas y semáforos de Barranquilla, desplazando a los locales que por falta de empleo habían recurrido a la informalidad, vendiendo dulces, bebidas y limpiando vidrios de los carros para ganar el sustento diario de una familia que llegó a vivir en precarias condiciones, hasta debajo de un puente.
Según las autoridades migratorias y departamentales, el Atlántico es considerado como el tercer departamento en donde han ingresado un mayor número de personas provenientes del vecino país, Venezuela. La cifra total de migrantes asentados en este territorio es de 125.075.
“De los migrantes, el 38.7 por ciento, es decir 48.473 personas tienen permiso de trabajo y de estadía permanente, pero el otro 61.3 por ciento, que equivale a 76.670 individuos, están laborando de manera ilegal”, afirmó el secretario departamental del interior, Jorge Ávila.
A estos números se le suman los 3.908 nacionales retornados al Departamento, según demuestra el registro administrativo de la Cancillería de Colombia, “aunque esta cifra puede ser mayor, debido a que este es un trámite burocrático un poco desgastante”, agregó el funcionario departamental.
En total serían más de 128 mil personas que desde Venezuela han llegado al Atlántico, territorio que se ha constituido como el primero en recibir a la población no fronteriza, es decir, que esta comunidad llega a los diferentes puntos migratorios de la región Caribe, como La Guajira, y se desplazan hasta llegar al Departamento.
De los 23 municipios que componen al Atlántico, Soledad, según la coordinadora de la Casa de los Derechos en esta municipalidad, Natalia Ruedas, es donde más acentuación se ha presentado por parte de esta población, “por lo que se han adelantando diferentes trabajos para restablecer cada uno de sus derechos”, afirmó.
Crisis estigmatizada
Así como crecen estos números, lo hace también los estigmas que se han creado de ‘los venezolanos’, término que cobija a los migrantes y colombianos retornados sin crear diferencia alguna.
Muchos ciudadanos de Barranquilla han tildado de maquinas de hacer bebés y prostitutas a las mujeres que han llegado de Venezuela, sin primero conocer su historia, pues ver que jóvenes de escasos 20 años de edad tienen un bebé entre sus brazos, crea un imaginario social que puede o no tener unas bases solidas.
Igual pasa con los hombres, pues no se puede negar que muchos han llegado ha cometer delitos que los tienen tras las rejas en las cárceles de la capital del Atlántico, pero también hay otros que han puesto todo el empeño para conseguir un empleo digno y buscar nuevos horizontes en esta tierra desconocida para ellos.
Un listado incontable de términos ha sido utilizado para calificar, casi juzgar, a cada miembro de esta crisis migratoria que no ha dejado más caminos que la discriminación social que hoy es una realidad en la llamada ‘Capital de vida’.
“A decir verdad, muchos de los estigmas que hoy tenemos de los venezolanos fueron impuestos por los medios de comunicación, debido a que fueron ellos quienes lo bombardearon por meses echándole la culpa de todo”, manifestó el antropólogo y profesor de la Universidad Autónoma del Caribe en Barranquilla, David Luqueta.
El académico no descarta que los problemas sociales que hoy vivimos, como el hurto, se hayan incrementado por la llegada de los migrantes y colombianos retornados, pero no deja de lado que “Barranquilla y el Atlántico ya tenían estos episodios, pero no se puede afirmar que son ellos los culpables, porque no hay una medición exacta que revele eso”, apuntó.
¿Estigmatización con razones?
Aunque para muchos la mejor razón que tienen para estigmatizar a esta población es el simple hecho de venir procedentes del país vecino, detrás de eso esta la historia, pues no es la primera crisis migratoria que se vive.
Todo comenzó con la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia de Venezuela, más o menos para le época de 1.990, pues los colombianos que decidieron ir a probar suerte en este país petrolero y venezolanos oriundos decidieron, unos retornar y otros migrar a nuestro territorio.
“En este año los que se vinieron fueron empresarios y profesionales, que aprovecharon el tiempo dorado de Venezuela y apenas empezó la crisis salieron de este país”, explicó Luqueta.
Desde el año 2.000, según el Antropólogo, comenzó una nueva crisis migratoria pues esta se extendería hasta lo que conocemos hoy, y que se piensa que avance por más años, hasta que Nicolás Maduro abandone el puesto presidencial, quien para el ex canciller de Colombia y actual ministro de defensa, Carlos Holmes Trujillo, este “pronto a dejar la silla vacía”.
“La migración, de este tiempo, se dividió en dos etapas, la primera población que ingresó al país tiene que ver con personas que venían con una educación a medias, pues las universidades empezaron a decaer y estas terminaron trabajando, acá en Colombia, en lo que saliera, obvio a un menor precio”, precisó el académico.
Las falencias en el sector de la educación empujaron a que más venezolanos desertaran de su país para venir a buscar ‘una mejor vida a Colombia’, y es así como en el Territorio Nacional hoy tenemos a más de un millón quinientos mil migrantes, los cuales el Gobierno espera que incrementen a un millón ochocientos mil a finales del año.
“Una segunda población vino sin ninguna formación, lo que creó un estigma hacía ellos y son los que hoy no encajan en ningún trabajo formal, por lo que se quedaron en los semáforos y calles pidieron dinero, dedicándose a la mendicidad”, sostuvo el docente de la Uniautónoma.
Lucha en contra de la estigmatización
Ávila manifestó que el Departamento viene trabajando desde hace dos años en un proyecto de brindarle educación y salud a esta comunidad migrante, comenzando por los menos favorecidos, los niños.
“En Barranquilla comenzó esta iniciativa, en donde estamos atendiendo a más de siete mil estudiantes, esto sumando a más de 3 mil en los municipios, pues podemos decir que cerca de 10 mil jóvenes venezolanos reciben una educación de calidad”, sostuvo el funcionario departamental.
Aunque en salud, según el Secretario departamental del Interior, es donde más dificultades tienen, celebran que se han atendido a más de seis mil venezolanos en la red pública hospitalaria, “estos pacientes han recibido atención en baja y mediana complejidad. En alta van más de 10 mil asistidos”, puntualizó.
Pese a estás medidas básicas que está tomando el Gobierno Departamental y Distrital, aún falta crecer en el ámbito social y educar a los barranquilleros en la no estimagtización, pues nosotros, los colombianos terminamos siendo víctimas cuando vamos a otros países, en donde no nos bajan del calificativo de narcotraficante, y nos sentimos de la misma forma o peor, de como están ahora los migrantes y colombianos retornados.
Ante esta estigmatización, sólo nos queda decir que prácticamente le estamos añadiendo cada problema o circunstancia adversa a los migrantes y colombianos retornados, quienes llegaron de último y seguramente no son el problema, pero lo hemos querido ver así para aliviar las cargas que nos deja nuestro pasado.