A ritmo de guaracha, Barranquilla se gozó La Guacherna de “Esthercita Forero”

Por Jorge De la Hoz Serrano
A ritmo de guaracha los barranquilleros se gozaron La Guacherna de “Esthercita Forero”, el desfile que antecede los cuatro días de jolgorio de las mejores fiestas de Colombia, el Carnaval de Barranquilla. Este año se le rindió homenaje a Aníbal Velásquez, el Rey de la Guaracha.
Más de diez mil danzantes hicieron las delicias de los asistentes, quienes se mostraron complacidos de volver a gozarse el desfile que impulsó e inmortalizó “La novia de Barranquilla”, Esthercita Forero Celis, cantautora que se vio influenciada desde los 7 años por el desfile callejero de los habitantes del barrio Abajo en época de Carnaval.

En el año 1974, Esther Forero, socializó con un grupo de amigos lo importante que era sacar el Carnaval del Club Barranquilla y llevarlo al pueblo, idea que fue acogida por la Junta Permanente del Carnaval de ese año y por Pepe De Andreis y Alicia Valiente de De Andreis, padres de la entonces reina del Carnaval, Vicky De Andreis y se realizó el primer desfile que fue cogiendo fuerza y se institucionalizó convirtiendo en el abreboca de las fiestas de Momo.

Este año, cuando se celebra un Carnaval atípico, La Guacherna le rindió homenaje al Rey de la Guaracha, Aníbal Velásquez, uno de los grandes del acordeón que hizo bailar a los barranquilleros en Mi Kiosquito de Víctor Reyes al ritmo de “Guaracha en España”, “La Ronchita”, “El Desfile” y el famoso “Turco Perro”.

La noche de La Guacherna estuvo iluminada por la luna barranquillera que le rindió un tributo al desfile del Carnaval impulsado por Esther Forero, la cantante que más le cantó al astro lunar.
La Guacherna sirvió de escenario para que figuras del gobierno departamental, distrital y de la política se contagiaran con la alegría del pueblo que después de dos años de encierro por la pandemia del covid-19 volvió a disfrutar de la idiosincracia del pueblo barranquillero. El Monocuco fue el disfraz que más engalanó la noche.
Sin embargo, los destellos de luces de colores de los faroles que portaban cada uno de los danzantes le dio un ambiente festivo, contagiante que mantuvo hasta las primeras horas de la madrugada de hoy a los espectadores observando a quienes decidieron lanzarse al ruedo y desenfrenar su alegría y destreza para el baile.