LA VICEPRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA: SIMPLEMENTE NECESARIA

Por Euripides Castro SanJuan Doctor en Ciencias Políticas y Docente Universitario
Muchos le endilgan a este cargo ser “la corbata” más grande del Estado colombiano. A simple vista se podría considerar que la vicepresidencia es “una gran cantidad de nada”. Los muchos piensan que solo sirve para arrimar más votos a la campaña presidencial y que después a su titular se le envía al ostracismo. Pero cuan equivocados quienes piensan de esa manera. La vicepresidencia es un cargo de suma importancia para la República toda vez que este cargo tendrá el mismo período de funciones que el Presidente de la Republica y lo reemplazará al titular en sus faltas temporales o absolutas, aún en el caso de que éstas se presenten antes de su posesión.
A los vicepresidentes se les debería considerar como los primeros asesores del presidente, porque deben cumplir los mismos requisitos de este para ocupar el cargo. Pero la percepción negativa que se tiene es porque algunos presidentes, quizá por la incomodidad de tener al vicepresidente como su “sombra” y presumiblemente porque este esté con la mente desocupada, sin más, los han nombrado Embajadores para tenerlos lejos o los designan Ministros, para mantenerlos ocupados. Ello al tenor del articulo 202 de la Carta que refiere que: “El Presidente de la República podrá confiar al Vicepresidente misiones o encargos especiales y designarlo en cualquier cargo de la rama ejecutiva”. Claro que, aunque nada impide al presidente asignar por Decreto funciones a sus súbditos, no obstante, el vicepresidente no puede ser nombrado Ministro Delegatario.
El vicepresidente de la Republica es una gran reserva de la institucionalidad, con ello se evita erogaciones abultadas porque con él se evita la necesidad de realizar nuevas elecciones debido a las posibles faltas absolutas del presidente y, con ello también, se evita los limbos administrativos del Estado. Realmente ese es una de las grandes motivaciones y elementos objetivos para la creación de ese cargo en la Carta Política del 91, artículos 202, 203, 204 y 205. Es de señalar, que esta figura fue rehabilitada en la constitución de Gómez, Navarro y Serpa, toda vez que en la reforma de 1910 del Ramón González Valencia el vice que reemplazó al General Reyes, fue eliminada de la Constitución de Núñez.
Contrario de lo que se piense, el vicepresidente tiene funciones, porque es un empleo público. Por tanto, hace parte del núcleo básico de la estructura del Estado y de la función pública, lo que, además, cuenta con jerarquía Constitucional, amparado por el artículo 122 superior que establece: “No habrá empleo público que no tenga funciones detalladas en ley o reglamento. Y para proveer los de carácter remunerado se requiere que estén contemplados en la respectiva planta y previstos sus emolumentos en el presupuesto correspondiente.”
Así mismo el artículo 202 superior señala entre otros que, “el Vicepresidente tendrá el mismo período del Presidente. En las faltas temporales del Presidente de la República, bastará con que el Vicepresidente tome posesión del cargo en la primera oportunidad, para que pueda ejercerlo cuantas veces fuere necesario hasta el final del período”.
Recordemos las figuras políticas que han ocupado ese cargo a partir de la Carta del 91:
- Humberto De la Calle Lombana formula vice de Ernesto Samper Pizano
- Carlos Lemos Simmonds elegido por el congreso de la República al renunciar De la Calle
- Gustavo Bell Lemus – formula vice de Andrés Pastrana Arango
- Francisco Santos -formula vice de Álvaro Uribe Vélez
- Angelino Garzón – formula vice de Juan Manuel Santos en la 1° presidencia
- Germán Vargas Lleras – formula vice de Juan Manuel Santos en 2° periodo
- El General Oscar Naranjo- elegido por el congreso por renuncia de Vargas Lleras
- Martha Lucía Ramírez formula vice de Iván Duque
Para finalizar, es menester aseverar que los poderes de la vicepresidencia son confusos en virtud de la indefinición misma del cargo. En un principio se tiene que los candidatos a presidente buscan siempre una formula como garantía de lealtad con la causa que representa el titular, que lo complemente al presidente en asuntos que el mismo no tiene la capacidad de dilucidar, como son los temas sindicales, de liderazgos sociales, de imagen popular, etc., que sirven para fortalecer el acercamiento y desarrollo del programa de gobierno con estos temas en campaña y para el uso del poder. Y porque además su fórmula vicepresidencial debe ser un socio estratégico en el escenario de las políticas públicas de paz y de las relaciones bilaterales con los vecinos del hemisferio.
Esos son los asuntos donde debe y se puede medir completamente la utilidad que puede representar un buen vicepresidente, por ello la meticulosidad en su escogencia por parte de las campañas y de los partidos políticos para que acompañe al presidente.