‘El consumo de la parte de la humanidad más rica del planeta, al basarse en carbono, es un consumo basado en la muerte de los demás’: Petro
Las emisiones de CO2 también se pueden medir en términos de desigualdad social. Son ricos quienes más emiten CO2 y más consumen carbono; son pobres quienes menos lo hacen.
Es esta desigualdad social sustancial en el mundo de hoy la causa por la cual han fracasado los objetivos de la COP de París. Hoy se emite un 12% más de CO2 en el mundo que en el 2010, es decir los sectores más ricos de la humanidad han expandido su consumo de carbono y, por tanto, las emisiones de CO2 llevando a la humanidad y a la vida a la crisis. Adicionalmente a tal aberración, no se financió el fondo del clima como se prometió para proteger las poblaciones no emisoras de CO2, es decir, las poblaciones pobres.
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El capitalismo de los países ricos se resiste a desvalorizar la riqueza propia de sus sociedades basadas en la producción y consumo de carbono; los estados de los países ricos no pueden ni desean desvalorizar su capital fósil, el capital asentado en el petróleo, el carbón y el gas.
Eso disminuiría radicalmente y desbarataría la estructura de la riqueza. Es otra concepción de la riqueza la que nace de la descabonización.
La energía fósil ha sido la energía fundamental en el enorme crecimiento de la productividad del trabajo y, por tanto, de las ganancias de la gente más rica del planeta.
Estas gentes que dominan el poder político no permiten que se extinga la base misma de su riqueza. El sueño americano, el confort europeo, el síndrome de alcance de la China o de la India, se basan en el consumo pleno de carbono.
El consumo de la parte de la humanidad más rica del planeta, al basarse en carbono, es un consumo basado en la muerte de los demás. De ahí la enorme capacidad de destrucción democrática que está en la base de sostener el capital fósil.
Por otra parte, la transferencia de riqueza del norte hacia el sur para adaptar las poblaciones que no emiten CO2 a las contingencias cada vez más mortales del impacto del clima desbocado, se ven como ajenas al mercado.
El éxodo será de miles de millones
En el sur, en sus zonas tropicales disminuye el agua líquida, y se provoca el éxodo. El vaciamiento de población del sur y la marcha de pueblos enteros hacia el norte está en camino.
La enorme desigualdad social frente al consumo de carbono, y el incremento cada vez más grande de carbono en la población rica del norte, provoca el éxodo del sur hacia el norte.
Hoy son decenas de millones, mañana serán centenares de millones. ¿Qué pasará con ese éxodo? ¿Qué pasará con la democracia? ¿Qué pasará con el derecho internacional? ¿Qué pasará con la humanidad?
El éxodo y la barbarie contra Palestina
Los invito a que imaginemos una fusión, una combinación de hechos. La proyección de la crisis climática en cinco o diez años y el actual genocidio al pueblo palestino.
¿Están desconectados estos hechos o podemos mirar allí un espejo del inmediato futuro?
El genocidio y la barbarie desatada sobre el pueblo palestino es lo que le espera al éxodo de los pueblos del sur desatado por la crisis climática.
Si los portadores de la riqueza del norte, intensiva en consumo de carbono, no permiten apagar las chimeneas emisoras, es decir no dejan de consumir petróleo, carbón y gas; se romperán de manera irreversible los pilares que sostienen la existencia de la vida humana en el planeta, pero esa ruptura se generará de manera desigual. La mayor parte de las víctimas climáticas, que se contarán por miles de millones, estarán en los países que no emiten CO2 o muy poco.
Sin transferencias de riqueza del norte al sur, las víctimas climáticas cada vez tendrán menos agua líquida en sus hábitats y se trasladarán al norte, a donde los deshielos permitirán el agua dulce. El éxodo será de miles de millones.
Este éxodo inmenso tendrá respuestas en el Norte. Ya la podemos ver en las conductas anti migratorias de los países ricos y el ascenso de las extremas derechas en ellos. Hitler está golpeando las puertas de los hogares de la clase media europea y norteamericana y muchos ya lo han hecho entrar.
El éxodo será respondido con muchísima violencia, con la barbarie misma. Lo que vemos en Gaza es el ensayo del futuro.
¿Por qué los grandes países consumidores de carbono han permitido el asesinato sistemático de miles de niños en Gaza? Porque Hitler ya entró a sus hogares y se alistan para defender sus altos niveles de consumo de carbono y rechazar el éxodo que provoca.
Ya podemos ver entonces el futuro: el cierre de la democracia, su final, y la barbarie desatada contra nuestros pueblos, los pueblos que no emitimos CO2, los pueblos pobres.
¿Es evitable este futuro de una Gaza generalizada sobre el éxodo creciente de nuestros pueblos?
Las votaciones en las Naciones Unidas sobre la barbarie contra Palestina marcan una fragmentación política mundial. Aún hay países que, a punto de hundirse como las islas de Vanuatu y otras islas, votan contra Palestina, pero la inmensa mayoría de los pueblos pobres del mundo se han unido para detener la barbarie. Solo votan a favor del genocidio los pocos países de Europa y Norteamérica, los grandes consumidores de carbono.
No hay, por tanto, alternativa que el camino de siempre, el camino de la unidad de los pobres y su lucha.
Colombia ha propuesto superar la crisis climática a partir del multilateralismo, es decir del derecho internacional, de hacer vinculantes los planes de las COP a todas las partes, de crear un espacio de poderes públicos mundiales que planifique la transición hacia la economía descarbonizada.
Colombia ha propuesto la reestructuración del sistema financiero mundial, el cambio de deuda pública por emisión de derechos especiales de giro que financien los planes de mitigación y adaptación a la crisis climática. El fortalecimiento y reforma de las Naciones Unidas.
Colombia ha dejado de firmar contratos de exploración de carbón, petróleo y gas; Colombia ha desmantelado el subsidio a la gasolina y propendemos por la prohibición mundial de fracking; Colombia ha alcanzado un 70% de su matriz energética limpia; Colombia ha aportado disminuyendo la deforestación de su selva amazónica en un 70% con sus propios recursos; Colombia espera la unidad de los países del sur en torno a salvar la vida en el planeta y la existencia humana.
Quizás si vemos resurgir entre los despojos, una Palestina libre hoy, podremos ver mañana resurgir una humanidad viva en medio de los despojos de la crisis climática.
Gracias, muy amables.