SI FUERA ALCALDE DE SANTA LUCIA. (Lo cambiaría de sitio)

*El problema allí son las inundaciones y el desempleo. Con más empleo y la reactivación económica se puede tributar. Cíclicamente estamos a expensas de la Naturaleza, podemos cambiar eso”.
Por: EURIPIDES CASTRO SANJUAN*
Antes de que empiecen las lluvias en el último semestre del año y ahora que la playa (aluviones) está cerca, es necesario hacer un recorderis de la incidencia de las inundaciones que padece nuestra humilde gente en los pueblos ribereños, que realmente va más allá de la competencia de los alcaldes, también compete la solución de este problema al Gobierno Nacional. Veamos:
Es ideal el tiempo para traer a colación una visión sobre Santa Lucía, la tierra que me vio nacer. Es menester aludir el tema por el progresivo deterioro de su ambiente, de su economía y por ende del menoscabo del nivel de vida de sus habitantes, que obliga a distanciarnos de allí por falta de condiciones para nuestro desarrollo integral y comunitario, por falta de vías idóneas, universidades cercas y centros técnicos de capacitación para los jóvenes. Pienso además que no se le debe echar la culpa solo a los Alcaldes y sus dirigentes, si no también a la ubicación geográfica del casco urbano de Santa Lucía que en veces queda por debajo del nivel del cauce. Hay que hacer algo para atraer a los nuestros y al progreso. En otros países podría ser una bendición estar pegado a un chorro de agua dulce, pero aquí en Colombia si no estás en la vía, el desarrollo no te toca. El chorro te la niega, te anega, te asfixia.
Mi propuesta a primeras luces parecería inaplicable, pero es más verosímil que la propuesta un día por un preocupado dirigente nuestro, cuando planteó que se debía tapar el Canal del dique para salvar el Puerto de Barranquilla, y con ello además de evitar las inundaciones, también se evitaría la sedimentación y contaminación en Pasacaballos, reviviendo el Coral de las vecinas islas de Cartagena.
En cambio, la tesis nuestra consiste en la necesidad de trasladar el casco urbano del Municipio de Santa Lucía a unos 8 kmts hacia el naciente, en la lomita que está frente al sitio denominado “San Pedrito” y que nunca se inunda, frente al Estadero de “Geo”. Eso está en la orilla occidental de la carretera oriental del Departamento del Atlántico antes de subir al Puente de Calamar. Ojo, no abandonaríamos al canal del dique, pero si más resguardados.
Allí adquiriríamos unas 150 hectáreas de terreno (actualmente cubrimos unas 25 hts) y diseñaríamos las calles con sus mismos vecinos, tal cual están constituidas en este momento, con igual metros cuadrados de la propiedad actual; pero ampliaríamos los “callejones” para dar más fluidez al trafico interno. Esa sería la primera ventaja. Las otras serían adjudicar más amplios espacios de terrenos donde se construirían las casas con asesoría y ayuda del Ministerio del Medio Ambiente, para que sus habitantes aprovechen el espacio para sembrar “pancojer”, hortalizas y frutas que podrían ser comercializadas allí mismo en la vía que de Calamar conduce a Barranquilla a la que quedaríamos anexados.
En la entrada del pueblo con cara a la carretera oriental se haría una plaza bien amplia, con todos sus servicios donde se expondrían los productos del campo y las mercancías manufacturadas por los nativos como hacen en San Jacinto (Bol), o en Barichara (Sant), o en el Retiro (Ant), etc; allí bien ubicada colocaríamos la Iglesia con un extenso parque, la plaza “son de negro” y un hogar de paso para la tercera edad.
Entregaríamos en concesión la construcción y explotación de agua potable y alcantarillado a la triple A, lo mismo que los demás servicios públicos a las empresas especializadas en cada uno de estos; ya existen acometidas. También haríamos una gran ciudadela educativa y recreativa.
En esta lomita natural donde se bifurcan las aguas del Magdalena, evitaríamos dormir con un ojo cerrado y el otro abierto por la zozobra de que el Canal del dique nos sorprenda y se desborde, como lo hacemos en tiempos de lluvias.
El problema más grande de Santa Lucía después de las inundaciones cíclicas y del desempleo, es el poco tráfico y lo apartado que estamos de las vías del desarrollo. Todo lo contrario, sería si nos trasladamos; los Muchachos que buscan el conocimiento pueden de día producir con sus oficios en Santa Lucía y estudiar de noche en la Universidad en Barranquilla (ahora también en Suan), porque no tendrían problemas de transporte. Estamos en la vía. Cualquier empresario transportador ubicará un bus a la salida de las Universidades.
Otra ventaja es la vecindad, Los jovencitos de secundaria que no alcanzaren el cupo en el colegio de Bachillerato de Santa Lucía podrían estudiar en Calamar, Suán, o Campo de la Cruz y hasta en Barranquilla si lo desean. Se abren las oportunidades. Los que trabajen en Barranquilla fácilmente podrían dormir en Santa Lucía facilmente. Esto bajaría los gastos que se producen por el pago de los servicios públicos y arrendamiento en la capital. Se respiraría mejores aires.
Se planearía una Inundación al viejo casco Urbano de Santa Lucía para crear un emporio turístico porque allí a orillas de la nueva represa que se crearía, los empresarios podrían implementar restaurantes, hoteles y lanchas para pasear a los turistas alrededor del laguito, además se sembrarían alevinos de peces regionales para la pesca deportiva y artesanal como gancho turístico.
No vamos a desarraigarnos porque estaremos cerca de la tierra que nos vio nacer, pero estaremos más protegidos contra los embates del dique. Tampoco los campesinos van a tener problemas para dirigirse a sus “rosas”, porque se institucionaría un servicio de transporte público hasta las Compuertas del Guájaro, éste servicio será más fluido debido a que más personas irían al estanque a pasear o en busca de empleo en los estaderos y lanchas de paseo del nuevo laguito. Ello jalonaría el empleo y por ende se acabaría con el olvido y miseria que viven muchos de nuestros habitantes. Con la reactivación económica de ese sector sin chimeneas se puede tributar, si se tributa vendrán las obras y por ende un mejor nivel de vida. Ahora (hoy) el recaudo es pésimo.
¿Recuerdan cuando en los 70 ́s el Río Magdalena borró del mapa al corregimiento de Bohórquez?: pues bien, a la población la trasladaron al otro lado de la carretera y ahora viven más resguardados de las aguas. No olvidemos que Armero fue trasladado después del desastre; y al municipio del Peñol en el suroriente Antioqueño lo inundaron y crearon la famosa represa energética y turística del peñol o guatapé; a la población la ubicaron en una pequeña colina cerca a Guatapé. ¿Si los Antioqueños pudieron por qué nosotros no?
Realmente no quiero tener el destino de GALILEO GALILEI, quien fue condenado al cepo por la Inquisición cuando defendió el heliocentrismo allá en el oscuro año de 1.632, porque decía que el sol estaba inmóvil, mientras giraban a su alrededor la tierra y los demás planetas. ¡¡Hereje!!, le decían. El sabio Fiorentino hubo de retractarse (probablemente murmurando “Eppur, si mouve”). El tiempo y la historia le dieron la razón.
Aunque se que algunos de mis coterráneos apegados a la tierra pensarán que es una invitación grosera o estoy loco, o lo que es peor aún, que mi propuesta ataca principios de conservación y de arraigo, lo que no sería cierto, también estoy convencido que a los más jóvenes les va a gustar la idea de abrirse al desarrollo.
Mi autosugestión es diferente porque he visitado, leído y conocido cosas y casos que me proporcionan un bagaje cultural y me impulsan a asegurar que ello se podría implementar en nuestra patria chica. En todo caso, me atengo a la mordaz e inquisidora crítica porque también como ser humano puedo equivocarme. Pero “de que se mueve, se mueve” … La tierra, quiero decir.
euripidescastro@hotmail.com
*Abogado. Doctor en Ciencias Políticas.