Offshore: Una apuesta segura
Por José Name Cardozo Senador de la República
Es gratificante cuando el trabajo que se realiza por años comienza a dar su fruto después de tanto esfuerzo. Hoy podemos afirmar con evidentes resultados que la apuesta de Colombia por el desarrollo de la industria Offshore (costa afuera) fue acertada.
Gracias a la exploración Offshore que se ha adelantado en los últimos años, hemos descubierto la existencia de unos 12.000 millones de barriles de petróleo que están ubicados en el Mar Caribe Colombiano. Recordemos que recientemente se han anunciado descubrimientos en los pozos Orca-1, Kronos -1, Purple Angel – 1 y Gorgon – 1, en los cuales se encontró presencia de gas y donde además se espera hallar hidrocarburos líquidos.
Los descubrimientos realizados en los últimos años luego de las exploraciones Offshore han sido históricos para el país. Nunca antes la industria se había concentrado en impulsar la exploración de esta manera y con tan buenos resultados, razón por la cual se han generado grandes expectativas para el sector energético.
Después de que en Colombia desde hace más de cuatro años no se firmaran contratos de exploración y producción de hidrocarburos sobre nuevas áreas, haciendo un trabajo ejemplar este Gobierno se dio a la tarea de restablecer un nuevo mecanismo de asignación para permitir que compañías interesadas propongan las áreas que sean de su interés y presenten ofertas por ellas.
Este nuevo Proceso Permanente de Asignación de Áreas (PPAA) para reactivar la exploración y producción de hidrocarburos en áreas continentales y costa afuera en Colombia, lanzado recientemente por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) constituye una estrategia efectiva que debe seguir mejorando para que se logre un aumento significativo en el nivel de las reservas, se mantenga la autosuficiencia de hidrocarburos y la seguridad energética del país.
Recientemente, Ecopetrol y Petrobras (Brasil) anunciaron que invertirán más de 140 millones de dólares en un programa de exploración de petróleo en el bloque Tayrona, ubicado en el mar Caribe. Por otro lado, el pasado 22 de marzo la compañía estadounidense Noble Energy, confirmó su llegada a Colombia luego de adquirir el 40% de participación y la calidad de operador de bloques de Shell en el país, con lo que se convierte en el operador de dos contratos costa afuera. Estas dos apuestas demuestran el gran momento en el que nos encontramos y el compromiso que debe existir por parte de todas las entidades para que se logre un escenario transparente que incentive el desarrollo de campos de petróleo y gas en los mares colombiano.
Pero la principal apuesta, por lo menos la mía, ha sido que las inversiones extranjeras que puedan generar las operaciones Offshore, traigan múltiples oportunidades de desarrollo y crecimiento a Barranquilla y a la Costa Caribe donde la economía local recibirá nuevas industrias y desarrollos especializados que producirán miles de empleos directos e indirectos asociados a esta nueva actividad (zonas francas, bienes y servicios e infraestructura en puertos, etc.). La industria Offshore abre un universo de oportunidades para Barranquilla, la cual desde su ingreso a la Asociación Mundial de Ciudades Energéticas (World Energy Cities Partnership – WECP) ha capturado la atención del mundo para el desarrollo de las energías renovables y la economía en general.
Uno de los principales retos al que nos enfrentamos es el de consolidar en Colombia una industria de petróleo y gas costa afuera que sea competitiva y eficiente con la que se promueva la inversión extrajera. Por lo que se hace indispensable que el Gobierno Nacional mantenga su compromiso de seguir avanzando en la regulación de la industria Offshore para garantizarle al país procesos competitivos y seguridad en las operaciones.
Por su parte Barranquilla, deberá alistarse para la transferencia tecnológica y de conocimiento que traerán estas actividades, explorando nuevas oportunidades para el desarrollo en una variedad de áreas estratégicas como la educación, la tecnología ambiental, la medicina, la biociencia y el desarrollo del turismo para así consolidarse como el Hub económico de la región Caribe, el país y Latinoamérica.
Es satisfactorio que la insistencia y algunas veces terquedad que hemos expresado desde la Comisión Quinta impulsando la búsqueda de hidrocarburos en aguas del mar Caribe colombiano hoy tengan como resultado una industria que se está fortaleciendo para el desarrollo de campos de petróleo y gas en alta mar.
De acuerdo a las proyecciones del Gobierno Nacional, se espera que los próximos cinco años se realicen nueve contratos que tendrán inversiones cercanas a los USD1.500 millones. No podemos defraudar la confianza que compañías nacionales e internacionales están colocando en nuestro país luego de conocer el potencial que tenemos en las aguas profundas, hay que respaldar a la industria para que se impulse de manera integral.
Esperamos que el Gobierno continúe su apuesta por la reactivación de la industria petrolera y mantenga la dinámica de perforación y hallazgos que se ha logrado hasta ahora porque estamos convencidos que este es un camino seguro al desarrollo.