LA FUERZA DE 17 PARALAMENTARIOS BARRANQUILLEROS
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Hace 4 años, en mayo de 2018, escribimos un artículo en la que resaltábamos la importancia de que el Departamento del Atlántico había elegido 21 parlamentarios para el Honorable Congreso de Colombia. En el último debate del 13 de marzo de 2022, lastimosamente perdimos 5 senadores. Los Barranquilleros que no pudieron elegirse, deben estar revisando los errores cometidos en ese cuatrienio. Y notarán un poco tarde, la importancia de rodearse de lideres capaces intelectualmente y con experiencia, para que puedan mostrar sus hojas de vida sin tachas ni enmendaduras, ante el nivel político-administrativo central, y con ello, poder hacer presencia en los espacios de poder del Estado. Tal cómo hacen los Antioqueños o Vallunos y, hasta los oriundos de ciudades intermedias como Valledupar o las Ciénagas Grande del magdalena y de Oro de córdoba, que han tenido en el Estado a Ministros, Magistrados, Defensor del Pueblo, Fiscal General de la Nación, Procurador General de la Nación, Contralor General de la República, etc. Solo les falta a estas pequeñas ciudades, tener un Presidente de la República.
En efecto, para hacer remembranzas, los atlanticenses en el último debate parlamentario han elegido 9 senadores: Efraín Cepeda, José David Name, Arturo Char, Antonio Zabaraín, Mauricio Gómez, Claudia Pérez de Pulgar, Laura Fortích de Ashton, Pedro Flores e Iván Name, más 8 representantes a la Cámara por el dpto. (se incluye a la representante Ana Monsalve-comunidad afro). Los 17 representan una gran fuerza política, que unida debe infundir respeto ante el nivel central.
Ahora bien, no solo geopolíticamente, porque es claro que Barranquilla tiene vital importancia para la economía de la república por su privilegiada posición en el mapa, que nos pone como frontera ante el mundo. Tanto que limitamos con todos los continentes. Somos la cuarta ciudad en importancia demográfica y socioeconómica para el país después de Bogotá, Medellín y Cali.
Pero lastimosamente lo anterior no se refleja en la ocupación de cargos de importancia en el concierto político administrativo nacional. Vemos que municipios muchísimo más pequeños económica, geopolítica o demográficamente que Barranquilla, pesan mucho más en el concierto político administrativo que nuestra querida ciudad.
Es el caso admirable, por ejemplo, de Ciénaga de Oro, un pequeño municipio rural apostado en el centro-oriente del dpto de Córdoba, sin puerto, sin aeropuerto, sin grandes industrias, y que solo colinda con Sahagún, Cereté, Chimá, San Carlos o San Pelayo. Este pequeño enclave de la serranía de San Jerónimo en la sabana cordobesa, posee en las tres Ramas del poder Público, hijos paridos allí. Podemos señalar, por ejemplo, que tienen o han tenido, Magistrados en las Altas Cortes, Ministros de gobierno, Alcaldes de Cartagena, Alcalde de Bogotá, Fiscal General, Consejeros del CNE, Defensor del Pueblo, Directores de Departamentos Administrativos, hasta candidato a la Presidencia de la Republica, mientras tanto no vemos a un Barranquillero en un cargo de esos, desde hace muchísimo rato, no creo que sea por falta de capacidad de los Barranquilleros.
Aquí en Barranquilla hay grandes profesionales, estudiosos y acuciosos de los temas trascendentales. Por ejemplo, de todo el país contratan a nuestros abogados especialistas en Derecho Electoral para que asesoren en estos asuntos a los candidatos en apuros, antes y después de los debates eleccionarios.
Tenemos gente de la talla de Víctor Polo Sanmiguel, Alfonso Camerano Fuentes, Álvaro Alvarado Mora, Antonio Bayona, Giovanni D´cola, Orlando Caballero, Miguel Hugo Miranda, Fernando Niño, Wilfrido Coronado, Alberto Peña Pérez, Jaime Hernández Gracia, o Eurípides Castro Sanjuán y otros muchos más, que son frutos del patio, que merecen ya estar como Magistrados del Consejo Nacional Electoral, por sus hojas de vida y por ser apasionados de las cuestiones electorales. Ah, y el congreso es quien los puede elegir, según la Constitución Nacional.
Es hora que los Barranquilleros reclamemos nuestra importancia en el concierto político nacional, aspirar a los cargos donde se toman las grandes decisiones en Colombia, y darle a la ciudadanía el orgullo de sentirse representados en el Gobierno y en los Órganos de poder del Estado. Para ello elegimos abundantes parlamentarios. Mucho más que Valledupar y las cenagosas.
Ojo, quien no hace Política, se la hacen.