La lectura de la posesión presidencial de Petro
Por Euripides Castro Sanjuan Doctor en Ciencias Política
Ha sido un momento histórico, porque la multitud coreaba gritando “paz y libertad” al oído de todo el poder del Estado que yacía este 7 de agosto de 2022, sentados en la plaza de Bolívar, para apreciar la posesión del primer presidente alternativo GUSTAVO PETRO. Quizá, un acto comparado con la gesta realizada el 20 de julio de 1810 por el “héroe de los nadie” Don JOSE MARIA CARBONELL, quien logró aglutinar en esa misma plaza a pequeños comerciantes, vendedores del mercado de San Victorino, a los campesinos y a los vecinos del barrio Egipto de Santa fe, además algunos indígenas entre otros, que presionaban a la junta preparatoria de la cuasi independencia de Cundinamarca bajo el grito de “Cabildo Abierto”.
Como José María Carbonell, el presidente Petro incluyó a los “nadie”, a las mujeres, a los descamisados, a los indígenas, a los afro, a los pescadores, a los campesinos, a los vendedores ambulantes, que históricamente han sido marginados del poder del Estado.
En esta ocasión, el Presidente GUSTAVO PETRO habló claro, sin ambages, fiel a su filosofía. Su mensaje corporal y lingüístico dio la certeza que no va a hacer una revolución de izquierda, ni su talante es reformista. Lo dicho le encuadra como un “transformista”. Es decir, va a seguir construyendo sobre lo construido y lo que tenga que transformar, va a ser sobre los cimientos de la constitución de Álvaro Gómez, Navarro Wolf, y Horacio Serpa. Sobre todo, su intención es que la carta del 91, por fin se haga realmente efectiva desde el mismo Preámbulo. Inscribe su gobierno para que esté más cerca del pueblo en la búsqueda de la paz total, la Justicia, la equidad, la igualdad, la dignidad y la cero tolerancia con la corrupción.
Hace un llamado a los que tienen abundancia, que colaboren un poco más para que desaparezca la desigualdad en la nación, para que no exista más guerrillas, ni más secuestros, ni más guerras. Se contribuye aún más dejando de evadir los tributos. Con ello los niños tendrían mas educación, mas oportunidades de salir adelante; sin evasión se puede contribuir a que los campesinos al fin lleguen a la modernidad, a la tecnología agropecuaria del siglo XXI y que dejen de una vez por siempre el feudalismo del siglo XVIII, con más producción, más trabajo, de la mano con la ciencia. Eso hace parte de su compromiso con la paz total, porque además se puede cumplir con los acuerdos de paz firmados evitando más derramamiento de sangre entre los colombianos más humildes.
Con sus actos de posesión el Presidente rompe con el sectarismo ideológico e irrumpe poniéndose a tono con la pluralidad filosófica enmarcada en la constitución del 91. Sus primeros nombramientos en su equipo de gobierno así lo enuncian. Hay ministros Conservadores, Liberales, del Pacto Histórico, moderados, técnicos, investigadores sociales, representantes étnicos, etc, tal como lo soñaron los constituyentes del 91. Su deseo es efectivizar la Descentralización administrativa acercando el Gobierno a la gente, para conocer su sentir.
Se notó su ansiedad de poner un granito de arena para la salvación del planeta, o por lo menos de la especie humana. Insta a las grandes potencias a crear un fondo para salvar la selva amazónica y a los océanos, que son el pulmón del mundo. Quiere crear un sistema económico y social amable con el medio ambiente. Además, cambiar las políticas de la guerra contra las drogas porque ha sido ineficiente, ineficaz y sin conclusiones de fondo, por el contrario, se ha llevado muchas vidas.
Siempre hemos creído que los Embajadores en países antillanos debían ser de origen Caribe. Ello ayuda a la comprensión y al desarrollo de las relaciones comerciales y sociales entre nosotros y estos pueblos hermanos, porque los Caribe nos entendemos. Es más difícil el trato para un “chibcha” con los raizales de las Bahamas, de las Bermudas, con los cubanos, los nicas, dominicanos, borinqueños, ticos, hondureños, salvadoreños, panameños o venezolanos, que para un costeño. Hoy Petro hace honor y Justicia a esta “invisibilizada” población al anunciar que una gran parte de embajadores en el Caribe serán de nuestras islas San Andrés y Providencia.
Por último, observamos que el Presidente Petro no puso el “retrovisor”, tiene claro el “panorámico” de lo que va a hacer. Es más, dio la impresión de ignorar al expresidente Duque y le “marcó territorio” sin nombrarlo, anunciándole a este y su séquito, que el Presidente era el y, por ello ordenaba “en el nombre del poder popular que se trajera a la ceremonia la espada del Libertador Simón Bolívar”, con el propósito que ésta sirviera como símbolo desde ahora, en el acto de posesión de los futuros Presidentes de la República de Colombia.
Rogamos al altísimo para que le vaya bien al señor Presidente de la República, porque si le va bien al presidente, también le va bien al pueblo Colombiano.
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