Presidente Petro ordena a la Armada Nacional incautar el máximo nivel de drogas ilícitas para contribuir a la construcción de paz
“La orden aquí dada es incautar el máximo nivel y cantidad de cocaína que se exporta”, demandó el Presidente Gustavo Petro de la Armada Nacional, durante la ceremonia de ascensos de 96 jóvenes a oficiales navales, realizada este viernes en la Escuela Naval de Cadetes ‘Almirante Padilla’ de Cartagena.
En su discurso, el Mandatario consideró que llegó el tiempo de acabar la guerra fratricida entre colombianos e iniciar una nueva era de paz, para lo cual “hay que destruir la economía ilícita, y a la Armada le corresponde una gran misión en este camino, tanto en los ríos como en los mares: incautar, realizar las labores de interdicción”.
En este sentido, expresó que con los dineros de la droga se compran las armas con las que se perpetúa el ciclo de violencia en Colombia.
“La orden dada de destruir las economías ilícitas desde la Presidencia de Colombia juega como un pilar fundamental también para construir la paz, para acortar los tiempos de la muerte” y que dejemos de matarnos entre nosotros, sostuvo.
Al respecto reiteró que los colombianos y la Fuerza Pública deben cuidar su corazón de la codicia, ya que esto lleva a la corrupción, lo que les da poder a los criminales para mantener la violencia y que no florezca la paz.
Rescate del Galeón San José
De otra parte, el Jefe de Estado les pidió a los nuevos graduados de la Armada Nacional ser los científicos del mar y contribuir en tareas como el rescate del Galeón San José.
En este sentido precisó: “Ustedes pueden abrir hoy, y yo les pido, la investigación científica de los océanos que nos rodean, su exploración a fondo, no solamente para sacar el Galeón San José, aquí cerca. Este Gobierno quiere sacarlo. Y quiere, como en el pasado, la ayuda de la Armada en ese propósito”.
“No solamente queremos sacar ese Galeón, sino que ustedes se conviertan, de acuerdo a su vocación, en científicos del mar. Hoy lo necesitamos más que nunca, porque la vida en el mar está a punto de perecer”, dijo.
Para el Presidente Petro, la Armada Nacional tiene que ser mucho más fuerte de lo que hoy es y recordó que él, por ejemplo, le ha dado todo el respaldo a la empresa Cotecmar, para que “pueda seguir creciendo y haciendo las embarcaciones que necesitamos, sean civiles, sean militares”.
“Ojalá pudiéramos tener una Satena recogiendo pasajeros en los ríos de Colombia, aislados, muchas veces sin salud, muchas veces tan lejanos, que pueden morir sin que nadie se dé cuenta”, dijo.
Y concluyó: “Ojalá pudiéramos hacer crecer las exportaciones de aparatos que significan, ni más ni menos, el crecimiento de la industria nacional”, de modo que la Fuerza Pública se convierta en base sólida de la industrialización del país, para erradicar la pobreza y la desigualdad.
Diversidad étnica en la Armada
Cabe indicar que en la ceremonia de ascensos a oficiales navales de los 96 guardiamarinas, alféreces y pilotines hay tres indígenas, un afrocolombiano, un extranjero y 11 mujeres.
Luego de terminar sus cuatro singladuras de formación, ellos se escalafonaron como tenientes de corbeta y subtenientes de infantería de marina para servir al país desde la Armada Nacional y la Marina Mercante.
Los nuevos oficiales recibieron título profesional en áreas relacionadas con ciencias navales y ciencias náuticas, así como diplomado en planeamiento táctico en operaciones navales, entre otros.
De esta promoción se destaca la diversidad étnica de nuestro país, representada en un grupo de tres indígenas, pertenecientes a la Comunidad Zenú, de Chinú – Córdoba y a la Comunidad El Mamón, de Corozal – Sucre.
Asimismo, se encuentra un oficial afrocolombiano oriundo de Guapi –Cauca, quien, junto a tres de sus compañeros graduados, adelantó su formación gracias a un programa de becas apoyado por el Gobierno de Estados Unidos para la incorporación de jóvenes afrodescendientes, indígenas o de zonas rurales del país.
Igualmente, por obtener el primer puesto de la promoción, el teniente de corbeta Jairo Alberto Manrique López recibió de manos del Presidente de la República la medalla ‘Francisco José de Caldas’.
El teniente Manrique es un joven de 23 años, perteneciente a una familia de seis miembros y quien en su niñez cultivó cacao y café e hizo porcicultura en Floridablanca – Santander.