36 PARTIDOS POLITICOS Y … LOS QUE FALTAN
Por EURIPIDES CASTRO SANJUAN*
Colombia es un país suigéneris. Aquí se aprovecha cualquier flaqueza de las leyes. Por ello sigue siendo el problema más agudo lo complejidad en la forma como se hacen las leyes en este país.
Esperamos mucho de la Corte Constitucional como guardiana de la Carta, empero el filtro que realiza no ha servido de mucho. Únicamente sus fallos han servido comotoque expansivo para que, sin bemoles, se sitúe nuestrademocracia en función de su relación con los derechos fundamentales, en punto de un Estado Social de Derecho, que en veces no es conveniente ni económica ni socialmente.
Aquello, porque no se mide, con suficiencia, el alcance descomunal de un fallo obligatorio que devuelve a la vida algunos partidos fenecidos, sin argumentos objetivos, ni de conveniencia para la democracia. Utilizando exclusivamente el principio de pluralidad, sin atender la posible afectación de otros derechos y principios como el de economía, por ejemplo.
36 partidos políticos en un país donde existe “más caciques que indios rasos” es sumamente inconveniente socialmente hablando. Ahora bien, la posibilidad de este desmesurado crecimiento de partidos se da a partir del “Acuerdo de la Habana” que incluyó la viabilidad de que las extintas FARC crearan un partido que en ese momento sería de oposición, para ir incluyéndolos poco a poco a las costumbres democráticas. Y así sucedió. En 2016 se creó el partido “Comunes”, que entró a la vida partidista del país y al que por medio de los acuerdos se le entregaron algunas curules.Con relación a ello, la corte ha señalado que “(…) la expansión de la democracia implica que el Estado tiene la obligación de asegurar que los elementos constitutivos de la democracia (derechos fundamentales) sean respetados y profundizados”, complemento que debe ir en armonía con lo establecido en los artículos 40 y 107 constitucionales.
Pero no fue solo la aparición de “Comunes”, lo que precipitó esta “butifarra” de partidos. Vemos que, él mismo inmolado líder Luis Carlos Galán, como fundador del Nuevo liberalismo, pidió la cancelación de la personería porque regresó al Partido Liberal teniendo en cuenta que coincidían en la mayoría de sus ideales. Pese a ello, la esposa e hijos de Galán, cual oportunistas y filtrándose por las “rendijasjurídicas” dejadas dentro del acuerdo de la Habana, sobre la factibilidad de creación de un partido político para los nuevos actores realizado en aras de fortalecer la oposición política y una paz duradera, acudieron éstos al C.E mediante tutela para que les restituyeran dicha personería de partido con el argumento que su fundador fue inmolado. Acción que les fue negada. Luego pidieron la revisión ante la Corte Constitucional, quienes mediante Sentencia SU. 257/21dispuso devolverles la Personería del “Nuevo Liberalismo”.
Dicha Sentencia, generó un precedente jurisprudencial para resucitar partidos, porque luego le siguieron las solicitudes de personerías de la Unión Patriótica, Fuerza Democrática,Salvación Nacional y Poder Popular entre otros. Lo que llevaría a concebir, según la Corte, una democracia más abierta y pluralista, teoría que hizo transito pacifico en la constituyente del 91.
Hasta allí el objeto es loable, porque 5 o 6 partidos podrían vigorizar la democracia. Pero con la profusa entrega de 36 personerías hoy, nadie ha pensado en la dificultad del elector cuando encuentre en cada uno de los 5 tarjetones (Gobernación, Alcaldía, Asamblea, Concejo y JAL) un arco iris de 36 colores, creando un caos emocional de tonalidadesen sus mentes, confundiendo daltónicamente su voluntad de votar. Muchos ni marcarán el tarjetón o tal vez se equivoquen al momento de marcarlo. La abundancia de tinturas traería consigo la paradoja de desdibujar el color esperanza de la democracia, que debe ser más sencilla y amigable para su ejecución.
De otro lado están los jurados de votación, los delegados de la REGNEC, y las Comisiones Escrutadoras, que además de la confusión producida por los variados colores, su horario se extendería hasta muy altas horas de la noche, porque tienen que desglosar las tarjetas electorales y la suma de votos de 36 partidos en un extensísimo E:14 y, en su prisa para no dejar vencer el termino de entrega de pliegos,podrían “equivocarse” con comillas y sin comillas, al rellenar los espacios de dichos formularios.
Ahora bien, en cuanto a la creación de un partido, deberían reunirse especiales elementos sustanciales de su objeto y de su filosofía, además de la búsqueda del poder Político. Pero observamos, como antes, que no existe diferencias, ni de objeto ni de filosofías, entre esos 36 partidos.
No vemos la necesidad de tanta laxitud de la Corte o de la Organización Electoral para estar repartiendo tanta personería a partidos políticos. Además de la SU 257/2021, también la Ley 130/1994 (por la cual se dicta el Estatuto Básico de los partidos y movimientos políticos), fue utilizada de manera casi perversa para crear un multipartidismo a ultranza, dejando a la democracia colombiana “en átomos de colores volando”. Porque a pesar de no ser muy sano un Bipartidismo-Frente nacionalista-excluyente, ahora con requisitos mínimos y simplistas, lo que se está generando son “microempresas políticas familiares” dedicadas presuntamente a solo negociar y entregar avales, lo que le quita solidez a la democracia, porque salvo algunos casos, no vemos plataformas ideológicas con mayor peso.
Debido a ese flujo abundante de partidos, es necesario que se establezcan requisitos menos blandos para la creación de nuevos partidos, porque, así como vamos, resultarán más partidos que votantes. Eso sin sumar los movimientos o grupos de ciudadanos con derechos políticos que se crean en cada elección para aspirar al poder político.
Recordando a tío Kasimirito Barragán en lo que comporta a la filosofía de partidos, él decía: “Que, en la teoría de las elites por el poder, no existía diferencias filosóficas entre los partidos, que lo único que los distinguía, el uno y del otro,era el color del trapo en la solapa”.
*Doctor en Ciencias Políticas y Docente Universitario
euripidescastro@hotmail.com