‘El Torito Ribeño’ completa 146 carnavales promoviendo la tradición de Barranquilla
Alfonso Fontalvo, el último de la familia que fundó la danza de ‘El Torito Ribeño’, con 82 años comenzó a preparar quien será su sucesor, pues considera que es necesario que la tradición siga y con ella la preservación del Carnaval de Barranquilla.
Por. Jorge De La Hoz Serrano
El 20 de enero de 1.878, Barranquilla conoció a un nuevo ciudadano que pese a los años no deja de pasear las calles de la ciudad, llevando goce y disfrute a cada uno de los barranquilleros que cada cuatro días, de los 365 que tiene la anualidad, tienen como regla preservar la tradición.
Hace 146 años, Elías Fontalvo, fundador de ‘El Torito Ribeño’, decidió pulir con sus manos una careta de un toro, realizada en madera y con cachos naturales. La careta fue echa con colores llamativos, combinada con un vestido con las mismas características y con un baile peculiar. Este disfraz llamó la atención de los carnavaleros, hasta el sol de hoy sigue engalanando los diferentes desfiles y eventos del Carnaval.
Alfonso Fontalvo, nieto del Elías, lleva 52 años liderando la comparsa de ‘El Torito Ribeño’, mandato que ha llevado a cabo siguiendo la línea de Campo Elías, su tío, quien tomó las riendas de la danza cuando en 1.930 el fundador falleció.
“Campo Elías fue un hombre muy dinámico, conocedor de muchas cosas e importante. Él se compartía entre el comercio y otros negocios. Tuvo negocio de carro de mula, compraba y vendía mulas; ahí comenzó a avanzar y se caracterizó por ser amistoso con todo el mundo. Él fue uña y mugre del doctor Alfonso López Michelsen, por eso tengo yo el nombre de Alfonso”, recuerda su sobrino, el actual director de la comparsa.
Debido a estas relaciones de Campo Elías, a la danza llegaron importantes personajes políticos como lo fueron Jorge Eliecer Gaitán y Alberto Pumarejo, quien era el primero de enviar la tarjeta de de navidad a la casa los Fontalvo.
“Nuestro baile es desordenado…”
Desde sus inicios, Elías Fontalvo, creó este disfraz con un propósito, “seguir el ritmo del tambor”, lo que desobedece las reglas de la danza, en donde por lo general se siguen patrones rítmicos que demuestran una concordancia entre lo que se escucha y se ve. Sin embargo, para los Fontalvo la percepción de desorden constituye al ‘Torito Ribeño’.
“Nosotros lo que hacemos es la cuadrilla de los congos, al inicio van los toritos, tigres y leones, quienes alegran a las personas, y luego siguen los congos, estos no siguen coreografía, solo el ritmo del tambor. Entonces es ahí donde viene nuestro baile, que muchos dicen que es desordenado, pero es que nosotros no tenemos coreografía. El congo comienza a hacer el juego con los animales, con el torito, y esa es la danza de ‘El Torito Ribeño'”, explicó Alfonso Fontalvo.
La conjugación de los congos, la música y los animales tratan de dar a conocer los orígenes del ‘Barrio de Arriba’, conocido en el día de hoy como barrio San Roque. Sector que fue poblado por los inmigrantes que llegaron al Cayo de la Auyama, ubicado en el ‘Barrio de Abajo’, de ese entonces. Con la construcción De la Iglesia de San Roque, patrono de Monteplier, Francia, se rebautizó a este espacio de al ciudad de Barranquilla.
Futuro de ‘El Torito Ribeño’
Cuando Alfonso Fontalvo tenía 30 años asumió como director de la danza de ‘El Torito Ribeño’, hoy con 82 años de edad comienza a estudiar las diferentes hojas de vidas para ver quien sería su sucesor, persona que debe cumplir con ciertas características y/o requisitos, como lo llama él, entre esos está el que “ame a la comparsa como yo lo hice, que tenga claro el legado y que esté lleno de ideas para preservar la tradición”.
“Escoger a alguien para que vaya aprendiendo es duro, pero acá yo tengo un nieto, se puede decir, que ya tiene 16 años, ese es el que más o menos proyectado, que se llama Sebastián Fontalvo”, aseguró.
Alfonso saca pecho por Sebastián, pues según reveló, “siempre ha estado ahí, me ayuda a organizar las cosas, él es quien me recuerda las fechas más importantes, porque por la edad, se me olvidan las cosas aveces”.
Pese a que Alfonso es el último de los Fontalvo de la toda la vida, Sebastián comienza a surcar su camino para tomar la bandera y liderar la tradición que su familia ha llevado durante 146 carnavales.
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