“No hay golpe blando ni duro, hay Golpe Económico”: Uribe
Empresas y empleadores de todo el país manifiestan con angustia la disminución de sus ventas. La industria va a completar dos años de caída. La confección, que esperaba un gran repunte por efecto del arancel, presenta una situación muy difícil debido al contrabando y a la pérdida de capacidad adquisitiva; el comercio tiene sectores con un decrecimiento real del 14%; y, el sector agropecuario, afectado por el verano del Niño y el temor a las inundaciones de la Niña, siente un alivio en reducción de costos de insumos, que se contrarresta por el bajo dólar de exportación, la caída de muchos consumos y los altos avalúos prediales, que en casos que se generalizan, no dejan más opción que entregar las tierras al Gobierno.
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Preocupa escuchar la voz de los dueños y administradores de restaurantes, que en algunas de nuestras ciudades se sostienen por los visitantes internacionales.
Hay desespero por la parálisis de la construcción. El Gobierno parece no tener interés en las autopistas ni en las carreteras terciarias.
La lucha de los tenderos es más difícil por los impuestos a productos de consumo popular.
El desempleo se agrava, se calcula en 350 mil el número de empleos formales perdidos.
La disminución de la formación bruta de capital, 27% en maquinaria y equipos, pronto mostrará sus estragos.
Ojalá los expertos nos informen sobre las causas del comportamiento de la tasa de cambio.
El aumento del presupuesto de funcionamiento en los últimos dos años, ajustado por inflación, ha superado el 50%, con renglones preocupantes de derroche. (2022: $186 bill; 2024: $ 284 bill).
La cartera vencida ya dio el primer salto de más de un punto.
La disminución de la inflación ayudará al Gobierno, sin esperanza de generar recuperación porque la causa primera es la debilidad del consumo.
Avanzamos hacia un marchitamiento de la economía privada que el Gobierno compensaría con 10 puntos del PIB, de salud y de futuros ingresos pensionales, también con el impuesto al patrimonio, mientras pueda pagarse. Lo estatal se esfumará, que sumado a la crisis privada generará más pobreza.
Y algunos congresistas, halagados por prebendas y corrupción, y desconectados de la realidad del país, aprueban reformas nocivas.