Crisis de combustible
Por José David Name Cardozo
Senador de la República
La advertencia que emitió Ecopetrol a finales del mes pasado sobre un posible desabastecimiento de diésel en Bogotá y en algunas ciudades del interior del país prendió las alarmas de la crisis de combustible en Colombia.
Con la reducción que se dio en la producción de diésel en la refinería de Barrancabermeja por los trabajos en la Unidad de Hidrotratamiento (HDT), se desestabilizó el sector debido al déficit que se ha presentado durante el mantenimiento de ésta planta cuya producción se encuentra alrededor de los 65.000 barriles diarios de diésel de ultra bajo azufre.
Cuando Ecopetrol anunció la activación de un plan para reforzar el abastecimiento que incluía adecuaciones en algunas instalaciones, mayores envíos de diesel desde Reficar, cambios en el manejo de los inventarios existentes, un mayor despacho de carrotanques, entre otros, nos extrañó que no se designara al puerto de Tumaco como puerto alterno teniendo en cuenta su ubicación estratégica desde la cual se puede abastecer varios departamentos del sur del país.
Es controvertible que en este momento de contingencia no se hayan considerado todas las opciones y alternativas que hay a disposición para atender esta crisis de la mejor manera. Una de ellas la utilización del puerto antes mencionado, al que se le negó la posibilidad de cargar sus barcos en todos los muelles de Reficar en Cartagena con el objetivo de realizar una operación logística eficaz. Igualmente, se le imposibilitó hacer operaciones en puertos alternos que actualmente soportan la contingencia.
Empresas distribuidoras de combustible del sur del país han denunciado que se sienten excluidas en este momento de contingencia, así como en otras ocasiones en las que el Gobierno Nacional y Ecopetrol han preferido gastar recursos de manera ineficiente con el transporte en tractomula que ahorrar costos dándoles la oportunidad de realizar una operación funcional que ayude a cubrir las necesidades actuales.
Las restricciones y zancadillas que denuncian dichas empresas distribuidoras de combustible se extienden al Plan Nacional de Desarrollo (PND) del que dicen ha sido discriminada la costa pacífica nariñense y caucana por la falta de interés del Gobierno en esta región, hecho que limita su desarrollo y la generación de empleo.
Nos preocupa que en medio de una crisis nacional tan grave y un racionamiento de combustible decretado para la ciudad de Pasto en el departamento de Nariño el pasado fin de semana, no se contemplen todas las opciones para asegurar la estabilidad de suministro de combustible en el sur del país.
Aún cuando el precio de los combustibles, en los últimos meses ha tenido incrementos históricos, estos no han sido suficientes para estabilizarlo, lo que se refleja en el reciente aumento que en promedio ronda los $45 pesos por galón para gasolina mientras que para el ACPM los $89.
Por otro lado, el déficit de $14 billones (1,4% del PIB) en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), cuyo faltante está a punto de triplicarse, tiene preocupado al sector por la ausencia de una fórmula correcta que defina los precios de gasolina y diésel. Es urgente que se equilibre la fórmula que fije un precio conforme a la dinámica internacional del petróleo.
El Plan Nacional de Desarrollo (PND), actualmente bajo estudio en el Congreso de la República, debe definir de manera urgente y clara los puntos estratégicos que aseguren la estabilidad en la prestación del servicio público de transporte y distribución del petróleo y sus derivados de tal forma que se asegure la confiabilidad en el sistema.