REMEMBRANZA CARIBE (Homenaje a nuestra identidad)
Por Eurípides Castro Sanjuan Doctor en Ciencias Políticas
Santa Lucía (Atl), como todos los pequeños conglomerados humanos del Caribe conserva una gran riqueza cultural, originada del cruce de las tres etnias más representativas en nuestras tierras de antes y después del “descubrimiento”, indígena, afro y europea. Como tal, posee un caudal humano con facilidades lingüísticas expresivas, corporales y verbales, desde Danzantes de pases autóctonos, Bailadores rítmicos naturales, como de Cuenteros espontáneos, Decimeros, Poetas, Compositores, Músicos. No es coincidencia entonces que Santa Lucía sea la cuna del “Son de Negro” que se baila en las riberas del Rió Magdalena, el Canal del Dique y sus esteros.
Hago esta pequeña sinopsis toda vez que pienso que estamos en deuda con los cultivadores de la cultura caribe, especialmente con uno de los personajes más queridos de Santa Lucía. Se trata de Santander Orozco (q.e.p.d.), a quien cariñosamente llamábamos “El Tani”. El Tani deleitó nuestra infancia con sus chistes y ocurrencias propias del mágico mundo del Caribe, base inspiradora de Gabriel García Márquez, quien también bebió de la fuente de esas mentes adelantadas y constructoras de cultura que marcan la diferencia de la inteligencia humana y que pueden resistir los rigores escurridos del tiempo. “Gabo” no recogió del suelo su “Realismo Mágico”, lo llevaba en su sangre caribe.
Nuestro “TANI” estaba siempre presto a distensionar las caras compungidas con sus apuntes humorísticos. Hacía un poco pasajero y menos traumático el duelo por la pérdida de un ser querido a los deudos y acompañantes en los velorios de las húmedas y sofocantes noches lucenses. En la casona vieja “donde la vieja concha a mí me vio nacer”, hacía remembranza de un cuento oral del “Tani” y por ello hace algún tiempo lo envié al programa “LAS VAINAS DE MI PUEBLO” esa gran vitrina costumbrista de la Tv Regional. Fue publicado también en mi columna del Diario La Libertad, con la anuencia de Don Roberto Esper Rebaje (q.e.p.d), de Fecha 15 de enero de 2003, como homenaje a nuestro “Tani” y a los personajes caribe que se dedican al cultivo de esa expresión cultural.
El cuento lo bautizamos: “Kika seca y el bejuco”. –“Hombe compae “chacho” -empezó a contarme- “un día llegué con un “filo” a casa, destapé un plato de peltre en la cocina y solo encontré arroz blanco sin “liga” con un “guineo” atravesao. Exclamé: ¿esto qué es? Mi mujé contestó: ¡¡¡Mijo, es arroz al puente!!!. –“Hombe ni que ná, yo mejor voy a buscar la “liga”. “Cogí mi Sable, llamé a “Kika seca” una perra preñá de Tigrillo que yo tengo, cazadora de las buenas y me fui pal monte; en la azufrada loma “el cerrito” vi zipote Venao, le eché la perra, lo correteó y lo prendió por el pescuezo. Enseguida blandí el Sable y ¡¡¡fuass!!! Tiré el sablazo al venao. Compa, pero lastimosamente lo “pelé”, a la que le di fue a la perra y sin querer la abrí en dos pedazos. Pero como estaba preñá de tigrillo, los perritos apenas salieron de su vientre, respiraron y fueron detrás del venao. Nacieron por cesárea. Jumm ¡¡Salieron buenos cazadores los condenaos!! Mientras yo me puse a coser la herida de “Kika seca”, los perritos enrazaos con tigrillo agarraron al venao y lo trajeron arrastrando. Me lo puse en las “paletas”. Camino a casa se me rompió una “abarca tres puntá”. Me agaché en una mata e’ monte y cogí un bejuco y amarré la abarca. Llegué a casa y le entregué el venao a mi mujé. Ella estaba pelando el animal y sorprendida me preguntó: TANI, ¿tu que te tienes en la abarca? Le contesté: ¡¡ tú no ves que es un bejuco!!. Me ripostó inmediatamente: ¡¡Un bejuco!! Humm, ¡¡Pa´ve si no es una Mapaná Raboseco !!
Nos imaginamos al Tani, con ese rico léxico, haciendo reír a San Pedro y demás ángeles, amenizando sus cuentos y ocurrencias en la eternidad del cielo. Saludos, “compae maluco”.
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