LA INCONVENIENTE REFORMA TRIBUTARIA
POR: CARLOS ROJANO LLINÁS
Magister en Ciencias Políticas, candidato a Doctor Ciencias Sociales. Universidad del Norte.
El gobierno sacó todo un arsenal de nuevos tributos que buscan exprimir al máximo el bolsillo de la clase media, sí, en uno de los países más desiguales del mundo, y en donde la crisis económica ha hecho mella en la capacidad de aportar de los contribuyentes.
Es irónico que sin siquiera invertir en la reactivación económica por los efectos que a corto, mediano y largo plazo ha dejado la crisis, el Estado ponga en la agenda pública la discusión de una reforma tributaria, que de nada le ha valido el eufemismo de llamarla “Ley de Solidaridad Sostenible”.
Hasta el momento, tampoco de nada ha valido la estrategia del gobierno de “salir con toda esa amalgama de tributos” para luego, en la discusión del Congreso, negociar con los actores políticos o con los aliados del mismo gobierno, la consecución de logros al eliminar aspectos sensibles de la reforma que tocan a la gente de a pie, tal como lo hicieron con la visita de Tomás Uribe a Casa de Nariño y la posterior exclusión del IVA al Café y al azúcar, por ejemplo.
Cuando les llegó la hora de radicar el proyecto en el Congreso, se acabaron las especulaciones, el país conoció de primera mano que se trató de un atraco a la clase media formulado en 163 artículos, no les importó que toda norma tributaria debe respetar el principio de la equidad, que las cargas fiscales deben ser impuestas de forma equitativa.
Por ejemplo, en cuanto a los servicios públicos domiciliarios ¿Cómo le explicamos a los costeños clase media que tenemos que pagar IVA de 19% en el recibo de energía eléctrica? Cuando venimos por años pagando las tarifas más altas del país por un servicio pésimo, ineficiente y que daña nuestros electrodomésticos. Otro ejemplo, por acueducto, aseo y alcantarillado a pesar de ser un servicio optimo, es caro en comparación con Bogotá donde ese recibo no se paga mensual sino bimensual con las mismas tarifas.
Tampoco es entendible, que en pleno pico pandémico con el decreto de aislamientos y confinamientos se proponga cobrarle el IVA a los servicios de internet. El mundo ha cambiado si, lo digital ha tomado mayor relevancia por estas circunstancias pero no es oportuno lanzar estas propuestas cuando no se dan posibilidades de acceso al internet y ello se ha configurado como un gasto fijo en los hogares Colombianos.
En cuanto a gravar la gasolina y el ACPM con IVA del 19% golpea no sólo a la clase media sino a la baja también, pues, ello acabaría en el aumento del pasaje del transporte público. Las empresas transportadoras no pierden, ellos suben el costo de los pasajes o se declaran en paro, todo ese costo finalmente lo asume el usuario. Todo eso no es entendible, máxime cuando los reportes DATAIFX señalan a Colombia como los países con la gasolina más cara del mundo.
Para terminar el tema del IVA, la reforma le aplica ese impuesto a todo, menos a las bebidas azucaradas, a las gaseosas, curiosamente a lo que la comunidad internacional unánimemente está pidiendo gravar con ese impuesto. No se toca a los poderosos del país.
La equidad de la que hablaba en párrafos anteriores no sólo se viola al imponer la carga a la clase media sino que no se mete con los poderosos, con los que más tienen capacidad de capital en aportar fiscalmente.
No hay un solo artículo que grave adicionalmente al sector financiero, la palabra “bancos” no existe en la reforma tributaria, cuando en plena pandemia en el 2020 fueron los únicos que ganaron, cuatro (4) billones. Tampoco se tocaron las exenciones tributarias a los grupos económicos, son billones de pesos que deja de ingresar a las arcas del Estado bajo el nombre de incentivos tributarios para fomentar desarrollo, no digo que esas exenciones todas sean malas, seguramente muchas de ellas generen beneficios, pero extraña que no se tocara
la revisión de esas exenciones a sectores poderosos de la sociedad que sólo les beneficia a ellos.
El gobierno habla que se necesitan nuevas fuentes de ingreso debido a que el Estado “No tiene caja” o que “el ingreso solidario se ha vuelto una renta básica” esto último, bastante discutible escuchando a la gente en la calle, pero no hace un plan de ahorro, no es un Estado austero en las inversiones a corto, mediano y largo plazo, sólo se han limitado a congelar los salarios de los servidores públicos por cinco (5) años sin discriminar a los que ganan poco, no es lo mismo congelarle el salario a un maestro, a un vigilante, a un regulador de transito que congelar el sueldo de Presidente, Magistrados y Congresistas.
Mas perlas de la regresividad de esta reforma, en la segunda parte.