No perdamos el rumbo
Por José David Name Cardozo
Senador de la República
Codirector del Partido de la U
Son numerosas las dudas de los ciudadanos frente a la nueva etapa de aislamiento selectivo anunciada la semana pasada por el Gobierno Nacional, como estrategia para seguir afrontando el Coronavirus en Colombia. Mientras se asimila e interioriza el nuevo concepto junto a las disposiciones particulares que tendrá cada ciudad o municipio del país, es indispensable que nos concienticemos en qué este nuevo desafío requiere de la responsabilidad de todos.
Lo peor que nos puede suceder en esta “nueva normalidad”, que iniciaremos desde el 1 de septiembre, es que nos relajemos y confiemos frente al virus. Debemos mantener el enfoque de que no se trata de una reactivación social en la que podremos volver a realizar todas las actividades que hacíamos antes, por el contrario este es el momento en el que debemos tener un mayor autocuidado y un estricto cumplimiento de las normas y medidas de bioseguridad que ya conocemos.
Con una alta tasa de desempleo a nivel nacional, a punto de llegar al 18%, en la que el 25% del incremento, según el último reporte del Banco de la República, se le atribuye al aislamiento preventivo obligatorio que se realizó desde el pasado mes marzo, era de esperarse que la nueva noticia del aislamiento selectivo llegará para darle esperanza a millones de colombianos, que han estado rodeados de días muy oscuros.
La reapertura de nuevos sectores de la economía ha generado un gran optimismo entre los empresarios que no veían la hora de iniciar su recuperación para empezar a borrar el impacto negativo dejado por la pandemia. Confiamos en que con esta reactivación organizada y controlada se impulse el despegue de la actividad productiva y se logre la restauración del tejido empresarial en la economía nacional, que ve una nueva luz de esperanza con los recientes anuncios realizados por el Gobierno, entre ellos la creación de una Comisión de Alto Nivel para la reactivación empresarial.
La actuación coherente de los Gobiernos Departamentales y Municipales será clave para la disminución del riesgo de transmisión, en esta nueva etapa. Los mensajes para la población deben ser claros acerca de la prevención y acción para que exista una nueva cultura de autorregulación y autocuidado, que promueva la disciplina social. Las reaperturas en los distintos sectores, deben realizarse de manera estudiada sin precipitarse, con pasos seguros para no desbocarse irremediablemente y retroceder en todo lo que se ha avanzado.
Son válidos los cuestionamientos acerca de la pertinencia de esta nueva etapa en Colombia, no podemos ignorar el hecho de que el número de casos por Coronavirus en algunas ciudades y municipios del país sigue siendo alto y que una reapertura sin control podría generar unos picos de contagio. Por ello, hay que seguir trabajando en el fortalecimiento del sistema de atención en salud, en los monitoreos diarios de la curva epidemiológica, en la masificación del cumplimiento de las medidas sanitarias, en el control de los ciudadanos en el espacio público y en la construcción de ese nuevo concepto de autocuidado y compromiso.
Que entremos en un aislamiento selectivo y distanciamiento individual, no significa que el Gobierno le entregue su responsabilidad a los ciudadanos. Esta es una nueva normalidad de corresponsabilidad, en la que las nuevas flexibilidades que vamos vivir no se pueden convertir en una excusa para que perdamos el rumbo, que es cuidar la vida por encima de todo.