“Justo y Bueno no tiene como pagarle a sus proveedores de alimentos, tecnología y combustible”: Liquidador
15 mil reclamaciones de proveedores reposan en las oficinas del agente liquidador de la compañía de mercado a bajo costo, las cuales quedarán sin respuesta positiva.

Por. Jorge De La Hoz Serrano
La situación de los proveedores en Colombia de la compañía de mercado a bajo costo, Justo y Bueno, es bastante compleja, debido a las deudas que quedaron y quedarán sin pagar por parte de la empresa, las cuales llevaron a muchos a declararse en banca rota.
En una entrevista con Blu Radio, Darío Laguado Monsalve, agente liquidador de Justo y Bueno, aclaró la situación por la que atraviesa la empresa, sus empleados, y claramente, sus proveedores, quienes de acuerdo al modelo de negocio implementado, han llevado la peor parte en este complejo problema económico. Hay que tener en cuenta que lo mismo que pasó en nuestro país, se está avecinando con su filial en Panamá.
Según lo explicado por Monsalve, la mercadería trabajaba con proveedores, quienes ponían la mercancía, vehículos, neveras y demás necesidades físicas y técnicas para que el negocio funcionara, luego les pagaba el alquiler.
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“Todos ponían, menos el empresario organizador, que no tenía un capital de respaldo fuerte. Diseñó un modelo que podrá ser exitoso en otros lugares, pero acá no tenía eso. Todo era ajeno, los camiones estaban en renta, los locales también. No teníamos ni siquiera oficina. Esto estaba en 29 departamentos, era una cadena nacional, incluso operaba en el Amazonas…”, explicó el agente liquidador en la entrevista.
En las oficinas de Laguado Monsalve, reposan 15 mil reclamaciones de los proveedores quienes exigen el pago total de la deuda que tiene Justo y Bueno con ellos, además, no dan más espera pues muchos han tenido que parar indefinidamente sus labores, ya que no tienen como seguir manteniéndolas, tal como le pasó a una empresa que suministraba las neveras a la mercadería, dio en alquiler 1.500 productos, los cuales se perdieron en pleno desplome económico, ya que no tenía como recogerlas en las diferentes tiendas regadas en el país.
“Pienso que todos los proveedores de alimentos perdieron su plata, no hay ni un solo peso para pagarles….Ese grupo de empresarios tiene razones para estar enojados. Y en arriendos, que el inquilino le deba a los arrendadores 22 meses estaría enojado. Formalmente presentaré el estado de cuentas el 15 de enero y se confirmará que el desfalco es cercano al billón de pesos”
Darío Laguado Monsalve, agente liquidador de Justo y Bueno
En cuanto a los trabajadores, manifestó que al principio se contemplaba que la nómina era de 5.800 empleados, luego de estudiar bien la situación pasaron a 4.000 y finalmente se quedaron en 3.000, sin embargo, aún continúan pagándole las nóminas a los colaboradores, que siguen sin tener una cifra exacta.
“Hemos pagado, de cuentas laborales, 6.000 millones de pesos, a 3.700 trabajadores correspondientes al mes de mayo. Queda una cola muy grande, unos 180.000 millones de pesos. Muy fácil arreglar el problema si uno piensa en las 1.057 tiendas que tenía en funcionamiento, con la mercadería y funcionamiento. Pero no ha sido así, porque el cierre repentino generó una realidad muy compleja”, agregó.
Al mercado llegó una nueva marca, Ísimo, la cual hace parte del Grupo Empresarial Olímpica, y fue anunciada a nivel nacional con la apertura de 420 tiendas. Al principio se creyó que esto haría parte de la figura de salvamento que tendría Justo y Bueno, ya que los locales que hoy están ocupados son los que alguna vez fueron los de esta mercadería, sin embargo, el Agente Liquidador aclaró que esta creación no tiene relación directa con el proceso que él adelanta.
“Tuvimos la esperanza de que íbamos a encontrar un negocio en el que nos compraban la marca Justo y Bueno. Y pensamos que nos íbamos a oxigenar, como comprando locales. Plan B tenía perdido 15.000 millones de pesos y decidió irlocal por local para tomarlos para el. Y tomó finalmente 420 locales de Justo y Bueno. Y llamó Olímpica y se unieron y construyeron la cadena que acaban de lanzar, Ísimo…Mirar hacia atrás es fácil, y pienso que Justo y Bueno es una gran lección de merecer un mejor sistema de gobierno corporativo. La era del gran empresario que todo lo sabe y todo lo puede está superada. Gran parte del fracaso se debió a esa concentración de inteligencia y poder”, sentenció.
Hay que aclarar que la marca de café Tostao, de la cual los dueños de Justo y Bueno también tienen dominio, se encuentra en un proceso de salvamento, gracias a un grupo empresarial que le apostó y que la sacó a flote, además, un gran número de sus locales le pertenecían a sus propietarios originales.